Las orcas nos buscan parte II
Y aquél ser amorfo, que daba más miedo que Rocío Jurado de pequeña chupándole el pie a un pollo circuncidado, alzó sus aletas y estiró su cuerpo, enseñándome con más aínco su gigantesco miembro viril.
- ¿En serio me vas a chupar el cerebro con esa...cosita tan cosota?
- Nah, pero vamos a jugar al pilla pilla
- ah bueno
Así que empecé a correr por esa playa de aires malolientes, pisando una arena llena de jeringuillas, bolsas de plástico, moros vendiendo cerveza, chinas haciendo masajes a cinco euros y un negro con lepra con un cartel colgado que ponía: "Porfi, regálame un superglue que se me cae todo a trozos".
Los envases de kinder sopresa y de Durex volaban a mi paso, mientras la enorme orca me perseguía, pegando botes encima de su enorme miembro.
Corrí durante, minutos, horas, días y meses, haciendo pausas para comer, cagar y mear, y marcando lineas en el suelo para saber dónde nos habíamos quedado con lo de la persecución.
Y así llegó el frío invierno.
Compartí momentos muy buenos con aquella orca sombría y machil, como la vez que creyó que pisó una mierda de perro y en realidad era la Duquesa de Alba recien salida de una sesión de rayos uva.
La gente nos miraba por las calles, inclusive causamos accidentes de tráfico corriendo por la N2, (eso de hablar por moviles es una escusa que ha puesto el FBI para que nadie sepa lo que pasó en realidad). Aquí os dejo una foto que nos hicieron durante la persecución.Podríamos decir que la orca pollicida y yo trabamos una amistad un tanto extraña, todo se basaba en correr .. se:$? XD nah.. el caso es que... llegamos a la playa del principio, y decidí parar:
- Oye tío, y esto a qué a venido?
- tenía ganas de que corrieras:D
- para qué:S?
- para ver cómo te botaban, es muy gracioso
- pues a la proxima díselo a yola berrocal, so inútil, zoofilico ¬¬ has herido mis sentimientos :(
Y me fui disgustada a casa... la Orca aún me llama por el movil... veré a ver qué hago:p aconsejadme y ¡Os lo explicaré todo en la siguiente entrada!
Att: Tintenfisch, el calamar despechado